Augurios de inocencia - William Blake
Ver un mundo en un grano de arena
y un cielo en una flor silvestre;
tener el infinito en la palma de tu mano
y la eternidad en una hora.
Un petirrojo en una jaula
pone furioso a todo el cielo
Un palomar repleto de palomas
estremece las regiones del infierno.
Un perro hambriento a la muerte de su amo
predice la ruina de su hacienda.
Un caballo maltratado en el camino
clama al cielo pidiendo sangre humana.
Cada grito de la liebre cazada
rasga una fibra del cerebro.
Una calandria herida en el ala
y un querubín depone su canto.
El gallo entrenado para la lucha
al sol naciente atemoriza.
El aullido de cada lobo y cada león
recluta en el infierno un alma humana.
Los ciervos que vagan de un lado a otro
mantienen libre de inquietud el alma humana.
La oveja maltratada engendra lucha pública
y perdona no obstante al cuchillo del carnicero.
El murciélago que revuela al atardecer
ha dejado el cerebro que no quiere creer.
El búho que ulula en la noche
pronuncia el temor del no creyente.
Quien haga daño al reyezuelo
jamás tendrá el afecto de los hombres.
Quien despierte la cólera del buey
jamás tendrá el amor de una mujer.
El muchacho travieso que a la mosca derriba
sentirá que la araña le es hostil.
Quien atormente al duende del abejorro
un emparrado teje en la infinita noche.
La oruga en la hoja
repite para ti la pena de tu madre.
No mates mariposas ni polillas,
pues el juicio final ya se aproxima.
Quien entrene al caballo para la guerra
jamás ha de cruzar la puerta del norte.
El perro del mendigo y el gato de la viuda:
aliméntalos y engordarás.
El mosquito que canta su canción estival
Consigue su veneno en la lengua de la calumnia.
El veneno del tritón y la serpiente
es el sudor en el pie de la envidia.
El veneno de la abeja melífera
son los celos del artista.
Los ropajes del príncipe y los andrajos del mendigo
son hongos en la bolsa del avaro.
Una verdad contada con mala intención
puede con todas las mentiras que puedas inventar.
Es justo que así sea:
el hombre fue hecho para la alegría y la tristeza,
Y cuando esto bien aprendemos
por el mundo seguro caminamos.
Alegría y tristeza enlazadas están,
un ropaje para el alma divina.
Debajo de cada pena y cada anhelo
discurre una alegría con hilo de seda.
El niño es más que mantas y pañales;
a través de las tierras de los hombres.
Las herramientas se hicieron y las manos nacieron
es algo que todo granjero comprende.
Cada lágrima de cada ojo
se convierte en un niño en la eternidad.
Y radiantes mujeres lo recogen
y su propio deleite lo devuelven.
El balido, el ladrido, el grito y el rugido,
son olas que golpean en la orilla del cielo.
El niño que solloza bajo la firme vara
venganza escribe en los dominios de la muerte.
Los andrajos del mendigo, ondeando en el aire,
a andrajos reducen el cielo.
El soldado, la espada y el rifle armado
golpea impotente el sol de verano.
El penique del pobre vale más
que todo el oro en las costas de África.
Una moneda arrancada de las manos del labrador
comprará y venderá las tierras del avaro,
o si lo protegen desde lo alto
compra y vende la nación entera.
Quien se burle de la fe de un niño
de burlas será objeto en su vejez y muerte.
Quien enseñe a un niño a dudar
jamás saldrá de su tumba corrupta.
Quien respeta la fe de un niño
triunfa sobre el infierno y la muerte.
Los juguetes del niño y las razones del viejo
Son los frutos de las dos estaciones.
El interrogador que con astucia siéntase
jamás sabrá como responder;
quien responde a palabras de duda
apaga la luz del conocimiento.
El veneno más fuerte conocido
vino de la corona del laurel del César.
Nada puede deformar la raza humana
como la abrazadera de hierro de la armadura.
Cuando el oro y las gemas adornen el arado
la envidia se inclinará ante las artes pacíficas.
Un enigma o el canto del grillo
es buena respuesta a la duda.
La pulgada de la hormiga y la milla del águila
hacen sonreír a la coja filosofía.
Quien duda de lo que ve
jamás ha de creer, no importa lo que hagas.
Si el sol y la luna dudaran,
de inmediato se extinguirían.
Para sentir pasión el bien puedes hacer,
más el bien no harás si la pasión te habita.
La puta y el jugador, por el Estado
autorizados, construyen el destino de la nación.
El grito de la ramera, de calle a calle,
ha de tejer el sudario de la vieja Inglaterra.
El grito del vencedor, la maldición del perdedor
bailan ante la carroza fúnebre de la muerta Inglaterra.
Cada noche y cada mañana
algunos nacen en la miseria.
Cada mañana y cada noche
algunos nacen al dulce deleite.
Algunos nacen al dulce deleite
Algunos nacen a la noche sin fin.
Se nos conduce a creer una mentira
Cuando no vemos a través del ojo,
que nació en una noche para morir en una noche
cuando el alma dormía entre rayos de luz.
Dios aparece y Dios es luz,
a aquellas pobres almas que habitan en la noche
pero despliega forma humana
a aquellos que habitan los dominios del día.
y un cielo en una flor silvestre;
tener el infinito en la palma de tu mano
y la eternidad en una hora.
Un petirrojo en una jaula
pone furioso a todo el cielo
Un palomar repleto de palomas
estremece las regiones del infierno.
Un perro hambriento a la muerte de su amo
predice la ruina de su hacienda.
Un caballo maltratado en el camino
clama al cielo pidiendo sangre humana.
Cada grito de la liebre cazada
rasga una fibra del cerebro.
Una calandria herida en el ala
y un querubín depone su canto.
El gallo entrenado para la lucha
al sol naciente atemoriza.
El aullido de cada lobo y cada león
recluta en el infierno un alma humana.
Los ciervos que vagan de un lado a otro
mantienen libre de inquietud el alma humana.
La oveja maltratada engendra lucha pública
y perdona no obstante al cuchillo del carnicero.
El murciélago que revuela al atardecer
ha dejado el cerebro que no quiere creer.
El búho que ulula en la noche
pronuncia el temor del no creyente.
Quien haga daño al reyezuelo
jamás tendrá el afecto de los hombres.
Quien despierte la cólera del buey
jamás tendrá el amor de una mujer.
El muchacho travieso que a la mosca derriba
sentirá que la araña le es hostil.
Quien atormente al duende del abejorro
un emparrado teje en la infinita noche.
La oruga en la hoja
repite para ti la pena de tu madre.
No mates mariposas ni polillas,
pues el juicio final ya se aproxima.
Quien entrene al caballo para la guerra
jamás ha de cruzar la puerta del norte.
El perro del mendigo y el gato de la viuda:
aliméntalos y engordarás.
El mosquito que canta su canción estival
Consigue su veneno en la lengua de la calumnia.
El veneno del tritón y la serpiente
es el sudor en el pie de la envidia.
El veneno de la abeja melífera
son los celos del artista.
Los ropajes del príncipe y los andrajos del mendigo
son hongos en la bolsa del avaro.
Una verdad contada con mala intención
puede con todas las mentiras que puedas inventar.
Es justo que así sea:
el hombre fue hecho para la alegría y la tristeza,
Y cuando esto bien aprendemos
por el mundo seguro caminamos.
Alegría y tristeza enlazadas están,
un ropaje para el alma divina.
Debajo de cada pena y cada anhelo
discurre una alegría con hilo de seda.
El niño es más que mantas y pañales;
a través de las tierras de los hombres.
Las herramientas se hicieron y las manos nacieron
es algo que todo granjero comprende.
Cada lágrima de cada ojo
se convierte en un niño en la eternidad.
Y radiantes mujeres lo recogen
y su propio deleite lo devuelven.
El balido, el ladrido, el grito y el rugido,
son olas que golpean en la orilla del cielo.
El niño que solloza bajo la firme vara
venganza escribe en los dominios de la muerte.
Los andrajos del mendigo, ondeando en el aire,
a andrajos reducen el cielo.
El soldado, la espada y el rifle armado
golpea impotente el sol de verano.
El penique del pobre vale más
que todo el oro en las costas de África.
Una moneda arrancada de las manos del labrador
comprará y venderá las tierras del avaro,
o si lo protegen desde lo alto
compra y vende la nación entera.
Quien se burle de la fe de un niño
de burlas será objeto en su vejez y muerte.
Quien enseñe a un niño a dudar
jamás saldrá de su tumba corrupta.
Quien respeta la fe de un niño
triunfa sobre el infierno y la muerte.
Los juguetes del niño y las razones del viejo
Son los frutos de las dos estaciones.
El interrogador que con astucia siéntase
jamás sabrá como responder;
quien responde a palabras de duda
apaga la luz del conocimiento.
El veneno más fuerte conocido
vino de la corona del laurel del César.
Nada puede deformar la raza humana
como la abrazadera de hierro de la armadura.
Cuando el oro y las gemas adornen el arado
la envidia se inclinará ante las artes pacíficas.
Un enigma o el canto del grillo
es buena respuesta a la duda.
La pulgada de la hormiga y la milla del águila
hacen sonreír a la coja filosofía.
Quien duda de lo que ve
jamás ha de creer, no importa lo que hagas.
Si el sol y la luna dudaran,
de inmediato se extinguirían.
Para sentir pasión el bien puedes hacer,
más el bien no harás si la pasión te habita.
La puta y el jugador, por el Estado
autorizados, construyen el destino de la nación.
El grito de la ramera, de calle a calle,
ha de tejer el sudario de la vieja Inglaterra.
El grito del vencedor, la maldición del perdedor
bailan ante la carroza fúnebre de la muerta Inglaterra.
Cada noche y cada mañana
algunos nacen en la miseria.
Cada mañana y cada noche
algunos nacen al dulce deleite.
Algunos nacen al dulce deleite
Algunos nacen a la noche sin fin.
Se nos conduce a creer una mentira
Cuando no vemos a través del ojo,
que nació en una noche para morir en una noche
cuando el alma dormía entre rayos de luz.
Dios aparece y Dios es luz,
a aquellas pobres almas que habitan en la noche
pero despliega forma humana
a aquellos que habitan los dominios del día.
William Blake
Poeta británico
(1757 - 1827)
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